Festejando su natalicio, en homenaje y agradecimiento a su valioso aporte al Tango, su esmerada, extensa y permanente actividad artística.
Hago extensiva una entrevista que le hizo Romina Grosso de la agencia Télam, y publicada en lanacion.com y en Maestros por Marina Gambier:
”Parece que Dios me dice te voy a arruinar todo el cuerpo pero las manos te las dejo. Tengo colocado un marcapasos, problemas en la espalda, y diabetes. Tengo las vértebras soldadas y una rodilla que duele, tendría que haberme colocado una prótesis y mandar al diablo mi rodilla. Con mi edad no quiero ir a un quirófano. Decidí terminar mis días sufriendo así. Quisiera tener la felicidad de hacer todo sin tanto esfuerzo y toda la energía ponerla en la música y no soportar dolores pero es imposible. Vivo dolorido todo el día” le dijo a la periodista, y yo casi lloro de escucharlo.
Es cierto. Los que lo vimos sabemos que sube con ayuda al escenario, aunque una vez arriba, bandoneón en mano, su figura se agiganta.
Casualmente me llegó en estos días un libro publicado por Gourmet Musical Ediciones - Leopoldo Federico, el inefable bandoneón del tango - que rescata su vida y, en especial, su inmenso legado musical, pues no hace falta recordar que pasó por las orquestas de Mariano Mores, Carlos Di Sarli, Lucio Demare, Juan Carlos Cobián, Miguel Caló, Astor Piazzolla, Alfredo Gobbi, Alberto Marino, Osvaldo Manzi, Héctor Stamponi (no necesariamente en ese orden), además de conducir su orquesta en la actualidad.“Tengo la suerte de que nunca me faltó trabajo, las cosas más lindas me han tocado hacerlas, he tocado con los más grandes, más no hice porque no pude”, expresó sentado en su escritorio de la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI), de la que es presidente. “Lo que noto últimamente es que hay un afecto del público muy grande.
La gente debe ver que apenas puedo subir al escenario y dirán este tipo apenas sube al palco y deja todo ahí: una vez que tengo el bandoneón es como si no tuviera nada mal.
Si creyera que me aplauden por lástima estoy muerto. Creo que hay un poco de todo, hay mucha admiración también y eso no se paga con nada”, y confesó que a veces piensa en retirarse. “Me anda dando vueltas esa idea pero el tema es que si me quedo en casa, me muero. Yo vengo manejando todos los días desde mi casa de Ramos Mejía a la sede de AADI (en Viamonte al 1600)”.
Otra reflexión para destacar, referida a la profesión: “Si mi carrera comenzara ahora estaría preocupadísimo porque no es lo mismo que cuando el tango estaba en su pleno apogeo, se trabaja de otra manera: ahora cada uno se autoproduce, en mi orquesta tengo cuatro o cinco músicos que tienen su propio conjunto pero no pueden decir `yo vivo del conjunto que tengo”.
Por último le preguntan si en su casa toca el bandoneón: “No, salvo que tuviese alguna grabación. Cotidianamente no lo hago, está mal. Yo vivo solo con mi señora, salgo de casa a las 10 de la mañana y a veces vuelvo a las 10 de la noche, no puedo ir al cuchitril que tengo ahí arriba, porque no la vería nunca. Ella tampoco está bien. Tiene osteoporosis, no se puede movilizar mucho”.
Desde acá un saludo, y un no afloje!
Leopoldo Federico: nacido el 12 de enero de 1927 en el barrio del Once Ciudad de Buenos Aires.
Uno sus primeros trabajos, fue en el año 1944 en la orquesta de Juan Carlos Cobian.
Integró las orquestas de Alfredo Gobbi y Víctor D'Amario.
En el año 1946 es convocado por Osmar Maderna para integrarse en su orquesta, como primer bandoneón.
En esos años, también integra las orquestas de Héctor Stamponi, Mariano Mores, Carlos Di Sarli, Horacio Salgán, y la del cantor Alberto Marino.
En el año 1952 forma dúo con Atilio Stampone, y graban con los cantores Antonio Rodríguez Lesende y Carlos Fabri, los temas: Tierrita y Criolla linda.
En 1955 fue convocado por Astor Piazzolla para formar parte de su conjunto, Octeto Buenos Aires.
En 1959 graba su primer disco como solista.
En 1959 acompaña al frente de su orquesta a Julio Sosa, grabando 64 temas para el sello CBS Columbia.
Los más grandes éxitos fueron: Cambalache, Mano a Mano, Nada, El Firulete, Que me van a hablar de Amor, En esta tarde gris, Uno, Rencor, y una original versión de La Cumparsita.
En 2005 su Orquesta obtuvo el Premio Konex de Platino como el más relevante Conjunto de Tango de la década en Argentina.
Leopoldo Federico es el autor de los temas: Cabulero, Sentimental, Canyengue, Bandola zurdo, Capricho otoñal, Milonguero de hoy, Preludio nochero, Diagonal gris, Pájaro cantor, y muchas más composiciones.