La diva entrevistó al flamante Presidente de todos los argentinos y le preparó una sorpresa que lo hizo lagrimear en cámara.
Visiblemente emocionado se lo vio a Mauricio Macri durante la entrevista que le concedió a Susana Giménez en su regreso a la televisión con un programa especial en la pantalla de Telefe.
Juntos compartieron una charla íntima, Susana confesó llamarlo “Sr. Presidente Mau”. Repasaron su asunción como Presidente de la Nación y conversaron sobre las recientes medidas económicas de las que Macri declaró: “El cepo fue el fin del fin”, luego compartieron un video en el que recordaron los momentos más importantes de su vida.
También compartieron los recuerdos de su infancia, la relación con su padre Franco Macri, sus diferencias. El peor momento de su vida: el secuestro que sufrió por 14 días encadenado, la relación con sus secuestradores, la banda de los comisarios en la que le decían “ yo no voy a dejar que maten al futuro presidente de Boca Juniors”. “Allí mi vida cambio para siempre”
Video que hizo llorar al Presidente Mauricio Macri
Luego recibieron a la primera dama, Juliana Awada junto a su hija Antonia y compartieron su historia de amor, como se conocieron, las recorridas por el país acompañando a Mauricio en campaña.
También se sumó al escenario Valentina, la hija de Juliana de su anterior matrimonio. La primera dama habló de su inminente mudanza a la quinta de Olivos, la intimidad de la remodelación que realizarán.
Luego se sumaron al living la vicepresidenta Gabriela Michetti, la Gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodriguez Larreta, el futuro Embajador en Panamá Miguel Del Sel y también su amigo, el actor y productor Martín Seefeld quien puso la voz en el video sobre la vida de Macri.
Susana quiso saber detalles de la recorrida en campaña, los momentos de distención y las anécdotas. Para cerrar Susana le pidió al presidente de La Nación un mensaje para el pueblo, para estas Navidades. Mauricio Macri, agradeció por estos primeros días en que comenzaron a trabajar y sostuvo que los argentinos somos capaces de mucho más y tenemos que seguir creciendo. Pidió que los argentinos brinden con sus seres queridos y que empecemos a trabajar para construir la Argentina que soñamos.
Seguridad del Presidente. Jauría de perros
Los estudios Ronda de Telefé en Martínez vivieron ayer una tarde particular debido a la visita que haría el presidente Mauricio Macri al programa de Susana Giménez esa noche. Una jauría de perros de policía entrenados para detectar explosivos o elementos extraños que pudieran poner en peligro la seguridad presidencial invadieron sus instalaciones por la tarde y no dejaron rincón del estudio sin husmear. Con ellos vinieron también agentes que reforzaron la labor de los animales, además de coordinar con la seguridad habitual del lugar el operativo de prevención. Los detalles, como los sitios a los que podrían acceder las distintas personas que transitarían a la noche las instalaciones, los controles a los que deberían someterlos, así como el color de las pulseras que identificaría al grupo que perteneciera cada uno quedaron definidos luego de intensas reuniones.
Los hombres del presidente
El arribo de Macri y su familia a los estudios se produjo a diez minutos después de las 21. Cuatro cuadras a la redonda, el tránsito por las calles residenciales de Martinez se volvía complicado. Había que pasar sucesivos controles policiales y dejar en claro el motivo por el que se pretendía llegar al lugar desde donde se emitiría en programa de Susana Giménez para poder pasar. Varios camiones de la división de explosivos de la policía federal estaban estacionados en la zona. Había también decenas de guardias de infantería formados a los costados de la vereda con cascos, escudos y cachiporras listos, además de policías uniformados y de civil yendo de un lugar a otro y tratando de mantener despejado el acceso a la puerta de los estudios. Igualmente unas cien personas habían conseguido arrimarse al sitio por donde ingresaría el presidente y al ver llegar al coche que lo traía empezaron a corear su nombre. Macri hizo un tibio intento de tomar contacto con ellos bajando el vidrio polarizado de su ventanilla, pero apenas se lo vio sonreír y mover la mano, antes de que varios agentes se pusieran al costado del vehículo haciendo señas al conductor de que acelerara y entrara rápidamente al edificio.